martes, 29 de marzo de 2011

Nicolás. Capitulo I... "Sobre el rojo y el verde"

Esa noche alguna extraña fuerza de repulsión impedía que Nicolás pegara la cabeza en la almohada, fue al escritorio y con movimientos mecanizados encendió la computadora, por 45 minutos perdió su mirada en el fondo de pantalla, del cajón saco una cajetilla de cigarros, su encendedor y un cenicero de aluminio, de esos que uno se roba de las bodas… no prendió su cigarro, no escribió nada, no escucho nada.

-Nicolás, ¡Nicolás! ¿Qué haces despierto? Ven, apaga eso y arrímate que tengo frio, ¿no querrás fumar en el cuarto verdad? ¡Nicolás!

-Perdón, estaba trabajando, sabes que las ideas no tienen agenda, mucho menos horario.

Parecía que los pies se le pegaron al suelo y la espalda a la silla, con un enorme trabajo se levantó y se dirigió a la cama, como una oveja esperando la mordida del lobo, como una gota esperando su golpe en el suelo.

-Acércate que tengo frio ¿No te digo? ¿Eres sordo o es que ya no te soy atractiva? No quiero hacerlo, si es por eso que te resistes a acercarte.

-No, no como crees, hoy te vez mas bella que nunca, es solo que….nada, olvídalo.

-¿Qué pasa?... ¿Problemas?

-Es algo extraño, esa sensación que se tiene justo antes de vomitar, o el escalofrío después de ir al baño, un ataque de nostalgia incontrolado, no dejo de pensar en Mateo, en el abuelo, es mas… pienso hasta en la Pizza del Rey ¿Recuerdas? La única con camarones, me acuerdo que no me gustaba, pero siempre quería ir ahí porque se me hacía de lo mas extraño “pizza con camarones” ¿La probaste? Grethel ¿La probaste?

-¿Qué?

-La pizza, que si la probaste.

-¡No jodas!, son las 4 de la mañana y tu me preguntas por una pizza que seguramente soñaste, ándale arrímate y cierra el pico.

-Es que no puedo, tengo muchas cosas que contarte, quiero ir al bosque ¿recuerdas cuando fuimos con Gustavo y Elisa? Es más… ¡Vamos! Ándale, levántate no vayas al trabajo mañana.

-Estás loco, recuerda que yo si tengo salario fijo, no puedo darme el lujo de respirar aire fresco, además tu me habías dicho que no la pasaste del todo bien asi que no insistas.

-No, no. Lo que pasa es que ese día algo me cayó mal al estómago, seguramente ese wiskey barato que compramos, yo no entiendo porque Gustavo insiste en ponerse como burro cada vez que salimos, siempre es “Entre mas… mejor, no importa que me deje ciego” yo creo que todo es mejor de poquito en poquito ¿no? , prefiero comprarme una buena botella a 200 litros de esa marranada, de hecho tengo la teoría de que estos lentes me los gané gracias al mezcalito que nos tomábamos el Jaime y yo en la prepa, con $20 pesos nos poníamos como arañas y terminábamos viendo como otros se quedaban con las morras mas bonitas, siempre era lo mismo, veíamos a todos besarse y el y yo nos resignábamos a ver infomerciales y a hablar sobre porqué éramos vírgenes. Después descubrí que era porque no nos dábamos cuenta que solo se necesita robar un beso o agarrar una nalga, eso hacían ellos “los suertudotes” , nosotros a la hora de pedírselos salían con su “te quiero mucho como amigo” ¡Chingado! ¿A quién le importa si quiere o no ser mi amigo? A esa edad lo que uno quiere es agarrar nalga y ver el “fut” .

-A esa edad y a esta y a la otra, no me vengas con que todavía eres un puberto, que tus entradas te delatan. Y luego… ¿Por qué me cuentas esas cosas, yo que voy a andar queriendo saber sobre tus pretensiones de mocoso?

-No son entradas, ya te he dicho que tengo la frente amplia, desde chiquito, además ya te dije que yo prefiero calidad, digo, yo no me habré “echado” a mil morras pero mira nada mas con quien me quedé, pura “carne de primera calidad” me acuerdo cuando te vi por primera vez, éramos tan diferentes, pero nos veíamos tan bien juntos. Andabas de rojo y yo de verde… es curioso ¿Sabes que el rojo y el verde son colores complementarios? Si los mezclas no obtienes los mejores resultados, pero si los pones juntos el uno del otro se ven tan bien, tienen mayor contraste, digamos que brillan mas estando juntos y bueno, tu me inspiras y creo que yo a ti… ¿no?

-Uy si, me inspiras a fingir mi sonrisa y soportarle la carota de encabronamiento a los que se quejan del pésimo servicio que dan en el trabajo los del gas, y digo dan porque yo finjo muy bien mi sonrisa, soy buena fingiendo.

-Y para todo finges?

-No, cuando te digo que te amo te digo que te amo.

-Que complicado, ahora mismo no se si finges, pero bueno a esta hora ya estaríamos en el bosque si no fuera por tanta plática, ándale vamos.

-Esta bien, solo no te quejes la próxima semana de que comes puros lonches de salchichón.

No hay comentarios: